sábado, 27 de febrero de 2021

COMENTARIO DE LOS ROMANCES PROPUESTOS

 

1. "Abenámar, Abenámar..." 

 (http://www.rinconcastellano.com/biblio/edadmedia/romances/abenamar.html )

    Estamos ante un romance anónimo, perteneciente al Romancero Viejo: en el siglo XV, en respuesta al gusto de los autores cultos por las composiciones tradicionales, se recogen por escrito los romances que venían transmitiéndose de forma oral, de generación en generación, desde siglos anteriores. Se trata de un romance histórico de tipo fronterizo: refleja la relación entre moros y cristianos durante la época de la Reconquista. 

    En cuanto al tema, la composición gira entorno a la admiración de un rey
por Granada y el deseo de conquistarla. El rey don Juan llega a las proximidades del reino moro e inicia conversación con un moro llamado Abenámar, quien le describe la belleza de la ciudad, haciendo referencia a sus monumentos más emblemáticos. A continuación, el monarca se dirige a la ciudad, a través de una personificación, ofreciéndole matrimonio y una apetecible dote. La ciudad rechaza la propuesta del rey, argumentando que el moro al que pertenece la quiere y ella no desea abandonarlo. Estructuralmente, el romance puede, pues, dividirse en dos partes bien diferenciadas: la primera corresponde al diálogo entre el rey don Juan y Abenámar y la segunda al diálogo entre el monarca y la ciudad de Granada. 

    Por lo que se refiere al comentario métrico, el romance se presenta como una serie de versos octosílabos con rima asonante en los pares, quedando sueltos los impares; tal formato métrico procede de los primeros romances, creados a partir de pequeños fragmentos de cantares de gesta que los juglares repetían tras acabar de recitar la obra completa y a petición del público. Para hacer más fácil su recitado, partían los verso a la mitad: de ahí nació este tipo de composiciones. Más tarde se crearían otras nuevas, con ese formato métrico y contenidos diversos. 

    Aparte de la metáfora de la segunda parte, que refuerza el deseo que el rey tiene de poseer la ciudad, equiparándolo al deseo, a la pasión amorosa por una mujer y de la enumeración que se utiliza para presentar la riqueza monumental de la ciudad, el romance contiene los recursos típicos de este tipo de composiciones: 

- Aparecen numerosas figuras de repetición, que aportan ritmo y favorecen la memorización: reduplicación ("Abenámar, Abenámar, v.1), anáforas ("los otros", "casada"), anáfora y paralelismo ("el otro es Generalife / huerta que par no tenía; / el otro, Torres Bermejas / castillo de gran valía.") 

- Encontramos alternancia verbal que produce extrañeza: "altos son y relucían"; "Allí habló el rey don Juan / bien oiréis lo que decía" / "El moro que a mí me tiene / muy grande bien me quería".

- Hay un inicio IN MEDIA RES y un final  abrupto: no sabemos cómo se han encontrado el personaje moro y el cristiano, ni si se conocen previamente; tampoco conocemos la reacción del rey tras el rechazo del que es objeto por parte de la ciudad de Granada. 

- Todo el romance se desarrolla a través del DIÁLOGO con tres interlocutores: el rey habla con Abenámar y también con la ciudad de Granada. El uso de este formato proporciona dinamismo, facilita la memorización y añade una dosis de realismo a la composición. 

2. Romance de la Jura de Santa Gadea

https://www.archiletras.com/poemassentidos/romance-de-la-jura-de-santa-gadea-de-autor-anonimo/ ) VERSIÓN UN POCO MÁS AMPLIA QUE LA DE LA FOTOCOPIA

     Estamos ante un romance anónimo, perteneciente al Romancero Viejo: en el siglo XV, en respuesta al gusto de los autores cultos por las composiciones tradicionales, se recogen por escrito los romances que venían transmitiéndose de forma oral, de generación en generación, desde siglos anteriores. Se trata de un romance histórico de tipo épico, desgajado de algún cantar; los juglares los recitaban o cantaban pueblo a pueblo, mercado a mercado, castillo a castillo. No tenían autor conocido. En muchos de ellos, incluido este de hoy, del que hay muchas versiones diferentes, posiblemente hayan intervenido distintos autores: los diferentes juglares que los adaptaban, quitando, poniendo o cambiando versos, en función de sus propios gustos o de la audiencia a la que en cada ocasión se dirigían. 

En cuanto al tema, el romance gira entorno a la exigencia del Cid a Alfonso VI de que jure no haber participado en la muerte de su hermano, Sancho II. Según la leyenda, doña Urraca y Alfonso habían urdido un plan para asesinar a Sancho: Alfonso accedería así al trono como Alfonso VI. El Cid, que mantenía relación con Sancho II, citó a Alfonso VI en la iglesia de Santa Gadea de Burgos y allí le hizo jurar que no había participado en la conspiración contra su hermana. El rey juró, pero llevado de la ira, desterró al Cid en castigo a su atrevimiento y desconfianza. El Cid no se ofende y acepta el castigo, marchando con muchos nobles que lo acompañan. Hay tres partes bien diferenciadas, en la organización estructural: una introducción que nos sitúa en un lugar, ante unos personajes y que introduce la situación (el rey va a jurar ante el Cid, que le va a decir unas palabras que lo amedrentan); la segunda parte, correspondiente a la jura (intervención del Cid en E.D y respuesta del rey); finalmente, la tercera parte se iniciaría con el enfado del rey, la imposición del destierro y la marcha del Cid. 

Por lo que se refiere a los elementos característicos de los romances, podemos citar los siguientes:

- Presencia de figuras de repetición: anáforas ("y"...), paralelismos (toda la enumeración de la primera intervención del Cid ; "Tú me destierras por uno / yo me destierro por cuatro", etc )

- Alternancia verbal que produce extrañeza ("Ya se parte el buen Cid / con trescientos caballeros /  todos eran hijosdalgo")

- Presencia del DIÁLOGO, en este caso entre dos interlocutores: el Cid y Alfonso VI: su presencia aporta dinamismo, contribuye a la memorización y aporta realismo. 

- Finalmente, es preciso señalar el INICIO IN MEDIA RES y el final abrupto. El romance comienza justo antes de la toma de juramento, no sabemos las razones que han llevado a los personajes a esa situación, al lector le faltan datos para comprender la situación. Igualmente, al final, sabemos que el Cid marcha del lugar, pero no sabemos tampoco cómo va a actuar a continuación. 


 


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